viernes, 6 de marzo de 2009

y me fui a descansar al campo...


y me fui a descansar al campo...


El campo , con su paz , tranquilidad , lejos del mundanal ruido, lejos de la polución, del tránsito salvaje, del bullicio de la ciudad..... el CAMPO .

Un lugar soñado, casi presentido. 


Para eso trabajé toda la vida, para poder retirarme e irme a vivir al CAMPO...
Adiós a los bocinazos, a las frenadas bruscas, a los apretujones en los medios de transporte masivos, a la polución , el smog, a vivir como conejos en una conejera de cemento, unos encima de otros... El CAMPO.

Llegué a mi casa... había estado cerrada mucho tiempo.

Con dificultad , apartando los matorrales que habían crecido , pude acercarme a la puerta y luego de lidiar un buen rato con cerraduras oxidadas y candados solidificados , pude acceder al interior...

Por el encierro y la falta de luz, había polvo por todos lados, verdín en las zonas más húmedas y 
marcas de algunas goteras.

Pero nada podía desanimarme, estaba en EL CAMPO...

A limpiar, sacar cortinas, acolchados, almohadones, colchones, al aire libre, sacudir todo, lavar lo que se pudiera. Eliminar el polvo... a todo esto mi alergia al polvo se presentó con fiereza. Estornudos, picor de ojos y luego de todo el cuerpo. Ahogos...todo pasó luego de unas horas y un par de inyecciones de decadrón.pero EL CAMPO lo merece...

Con la hidrolavadora, le pasé a todos los lugares, internos y externos con verdín. En algunos , la pertinacia del vegetal hizo que tuviera que usar lavandina con alto contenido de cloro que me produjo irritación de las mucosas y nuevo ataque de alergia. Apliqué el mismo tratamiento y paciencia.

Poco a poco, durante los primeros días, sacudí, aspiré, lavé y pinté. Las antiguas paredes con cal fijador. Las maderas con baniz marino (el aguarrás diluyente me atacó primero los guantes y luego las manos acelerando algun proceso de psoriasis cronica que tengo...)

Pasada una semana , la casa comenzó a tener un aspecto agradable tal como lo había imaginado. Habitaciones amplias, ventanas al exterior, verde alrededor.

El olor a humedad primero fue tapado por los efluvios de la pintura y hubo que dormir con las ventanas y puertas abiertas lo que alentó la entrada de todo cuanto insecto anduviera por las afueras...

Así hicieron aparición moscas , mosquitos inmensos, cucarachas voladoras. y hasta murciélagos que no son insectos pero asustan como si lo fueran.

Olvidé decir que pese a ser la estación cálida, por la noche suele levantarse un viento a veces caliente como salido del horno y otras frío como del ártico. y que el rocío de la mañana deja todo húmedo, qué digo húmedo, mojado.

Así , cocinado, helado, picado, cucaracheado, y revoloteado por los murciélagos con sus finos grititos... pasé las primeras noches de CAMPO...

Cuando desperté al tercer día, una comadreja , me miraba a 20 cm de la cara, sentada sobre mi almohada. Cuando reaccioné del ataque de nervios, dicen que gritaba como en una película de Hitchcok... y quién no, hocico puntiagudo, dientecitos filosos y ojitos como alfileres de cabecita mirándome fijo en mi cara. 
Luego me enteré que era una "comadreja amistosa" que había hecho su nido en el tejado y que esto era bueno porque alejaba a las RATAS mejor que un gato.

Los lugareños odian a las comadrejas , porque se comen los huevos y los pollitos pero yo entre comadreja y rata.... viva la comadreja for ever.!!
Decidí que criaría comadrejas.
También me acordé de mi tío Julio, que tenía Hurones que vivian en el galpón y se comían a las ratas, admiré su espíritu ecológico. Perseguir a una plaga con sus enemigos naturales.Pero dónde conseguir hurones? nadie supo explicarme.

Pensé en amaestrar algunas comadrejas, poner un miniemprendimiento de cría de comadrejas.Se me rieron en la cara, no va a andar. me dijeron.( y tenían razón)

Por alguna ignota razón las comadrejas van donde se les canta y no suelen vivir en grupo así que desistí de la idea de la granja de comadrejas y me aboqué a cosas más productivas.

Depués de un copioso almuerzo, decidí arreglar el jardín. Más que jardín, una selva, un pequeño impenetrable...

Sin levantar la cara de la taza de café, mi esposa dijo "no es buena hora para eso" y siguió sorbiendo el negro líquido caliente.

Siempre negativa, pensé y con aire de "macho sabe lo que hace" salí a realizar mi tarea.
El sol brillaba en lo más alto.
Primero pasé una podadora, poderosa con la que corté toda la maleza, esto me llevó un buen rato. El calor hizo que me sacara primero la camisa , luego los pantalones largos, quedando en ojotas y short.
Luego pasé la bordeadora, emprolijando todos los caminitos y canteros con flores.
Al final de la tarde, todo había quedado perfecto. Ni qué jardinero profesional..Pan comido. Si un tipo sin ninguna instrucción podía hacer esto , qué no podría hacer yo.
Sentía como una bola en el estómago... y una sensacion de ardor cada vez más fuerte.

Cuando entré a la casa , mi esposa , mirándome de reojo, me dijo "te lo dije"...(no lo dijo pero me sonó a Te lo dije, boludo...)

Qué "te lo dije" carajo...?grité.... pasame la cremita..!!
Que no era hora de salir a cortar el pasto. Aquí todos duermen la siesta, nadie sale al sol del mediodía. Es muy bravo...

Quemaduras de 2°grado. diagnosticaron e indigestión (pasmo , como le dicen los paisanos)

No me morí , pero tardé una semana en poder dormir acostado y volver a ponerme una camisa.

Eso si , el jardín quedó una pinturita...por un par de días por lo menos porque los dos perros grandes que había comprado (nunca pude tener perros grandes porque siempre viví en un departamento) bien, los DOS perros enormes se dedicaron a enterrar huesos y no se qué otra porquería en los canteros y a arrancar las flores, o a hacer pozos.

Sus ladridos, roncos y profundos, se escuchaban a toda hora, creo que se habían puesto de acuerdo para turnarse en el deber de ladrar sin parar....

Mas mal que bien,me repuse. Recordé entonces aquellas manchas de humedad, goteras, que había notado cuando llegué. Y me propuse solucionar el problema.

En primer lugar llamé a un Sr. de la zona que miró el techo con asco y dijo sentencioso.

Es demasiado viejo, acá la solución es poner todo el techo nuevo.Me tiró un estimado y se retiró , dejándome con la boca abierta , pensando en la madre de los techos y de los techistas... 
Ta loco, eso es el costo de un departamento en Capital!!!
Decidí arreglar esas pocas goteras personalmente.
Fui a la ferretería del pueblo y compré clavos, clavitos, materiales impermeables, selladores, maderas, maderitas. etc.etc...
Munido de todo este arsenal y una larga escalera, comencé a solucionar el problema.
Busqué uno de los lados más bajos del tejado. y decidí subirme por allí.

La última vez que había subido a una escalera alta, me había mareado, y de esto hacían unos 30 años... nada más lejano del hombre araña. Con mis ciento y pico (largo) de peso trabajosamente subí por la escalera no sin parar algunas veces para tomar aliento.

Con el corazón a 150 pulsaciones llegué al tejado. No está demasiado alto esto? me pregunté , pero era tarde. Mi Sra, y los chicos me miraban y no iba a pasar por pusilánime o maricón. No señor.!

En cuatro patas, posición no muy decorosa , pero considerablemente segura, comencé a reparar la gotera más cercana.Gracias a la tecnología y a un puntero laser, con la ayuda de mi Sra, había marcado los lugares por donde pasaba la luz.

De entrada corregí la primera. Quedó perfecta y solo me llevó un par de horas.

Un parche , dos horas, viste la cantidad de goteras que hay? escuché su voz desde abajo.
Tenés hasta el 2012...
No tengo apuro , contesté sin pensar.
La tarde decaía y el sol comenzaba a ocultarse por el poniente.
Las largas sombras de los árboles, el croar de las ranas,y un millón de grillos llenaban el aire, perfumado de jazmines y azahares,,,

El silencio del campo , solo era quebrado por los sonidos de la naturaleza y un leve crujido debajo mío.

Me moví con cautela, pensando que con las últimas luces , podía reparar una gotera más.

El crujido se repitió y de repente, entre una nube de polvo y escombros, la madera podrida se hundió haciendo que medio cuerpo, pasara a través del maldito techo.
Medio cuerpo de arriba. De modo que quedé encajado cabeza, brazos , torso , hacia abajo y la otra mitad indecorosamente apuntando al cielo, pataleando al cielo.

Te dije que habías engordado un montón ! te atrancaste justo en tu parte más gorda.

Dejate de decir boludeces y llamá a alguien... a los bomberos... alguien..
(una grúa) escuché decir por lo bajo.

Bomberos, grúa, ambulancia, todos los vecinos de los alrededores a ver cómo sacaban al gordo del atascamiento.

Raspones, esguinces, luxaciones. subluxaciones. y por sobre todo verguenza y una furia incontenible contra todo y todos.

La cosa es que pese a los cuidades médicos, me mejoré al punto de poder llamar al maldito del techo y pedirle, sin preguntar cuánto saldría, que pusiera el techo nuevo. y nos volvimos a la ciudad.

Pasadas unas semanas, con techo nuevo y un crédito a 10 años, volvimos a instalarnos en la casa del campo.

Ahora todo esta en su lugar. Las paredes pintadas, las alfombras limpitas, las cortinas nuevas , ventanas transparentes. 
Techo nuevo.
 Toda la madera brilla. 
Es hora de comenzar a difrutar de la vida campestre.

no?...

No hay comentarios:

Publicar un comentario